miércoles, 16 de julio de 2008

DE CÓMO KATE LLEGÓ A SER MA BARKER

Se acercaban los años de crisis. Kate Barker, después de haber confraternizado con los capos de otros lugares, decidió que era el momento de la expansión.
Fue entonces cuando decidió enviar a George Elias Barker, su incondicional, a conquistar las tierras del sur. Ya tenía previsto que, como Lucky Luciano se instalaría en tierras de más al este, no necesitaba de los servicios de su siempre fiel George para controlar a Luciano.
Su jugada se vio malograda al aparecer en escena Eliot Ness quien, sin afán de notoriedad, no estaba dispuesto a consentir los desmanes de Kate Barker.
Kate Barker se sintió ofendida y sacó toda la M que tenía dentro. Fue entonces cuando la M formó parte de su nombre.
Con toda su M, se comenzó a rodear de hijos putativos, por lo que la M se transformó en Ma.
Sus primeros acólitos fueron Fred Barker, quien la acompañó hasta el final de sus días. Era mediocre, pero fiel. Tambíen se le anexionó Lloyd "Red" Barker ante la promesa de que pasaría a ser uno de los generales de Ma Barker.
Con sus nuevos dos acólitos y una serie de fieles incondicionales, Kate Ma Barker se embarcó en la gran cruzada de su vida. Con las malar artes de un gangster, pero sin la sutileza que sólo sabían tener quienes habían servido para Cosa Nostra, se dedicó a emularlos, con unas consecuencias desastrosas.

2 comentarios:

  1. ¿Qué hacía entre tanto George Elias Baker en el sur? ¿Organizaba nuevos golpes?

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  2. Todo apunta a que la pareja de Ma Barker encontró un terreno virgen, interesante de explorar, y allí se asentó para demostrar su valía fuera del amparo de su apreciada Kate.
    No obstante, dicen las crónicas que, para evitar infidelidades no deseadas, 'Ma' Barker seguía controlando a George Elias, ora mediante visitas, ora mediante en envío de alguno de sus múltiples hijos putativos.
    A la fin y a la postre, el pobre George (antecesor del asímismo famoso Roper) no dejó de ser un apéndice de la inigualable Kate 'Ma' Barker.
    Pero esa historia tal vez merezca ser objeto de otra entrada.

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